Desesperanza
¡Oh! ¿Cuándo dejará de atormentarme esta angustia
agria y amarga que me muerde el alma?
Su negro manto me cubre mientras se clava como una
daga en mi corazón.
Siento en mi pecho el desaliento y ese vacío
existencial que me come por dentro, como ese
silencio turbio y sepulcral con el que respondes a mis
llamadas desesperadas un día y otro.
Me aferro a tus promesas para poder sobrevivir,
arrasada por esa montaña rusa de sentimientos,
entre esperanza y desamparo, cada vez que las traicionas.
En cada lágrima que derramo e incluso en las que no
derramo, se esconde la gran desolación que
me acompaña al ver que se fractura tu vida y no puedo
evitarlo.
¿Cuándo la desesperanza se adueñó de mi espíritu
quebrantado?
¿Cuándo dejar de existir fue más que un deseo y la
muerte se convirtió en amiga?
Tal vez será el único momento de mi existencia en la
que encontraré la tan anhelada calma,
dejando de abrazar a la tristeza.
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Araceli
García López – Palma, 07/10/2024