(Para Irene)

 

 

Y llegaste,

con el signo revelador

de la soledad nueva,

recién comprada en el

mercado de la vida.

 

Entretejes pétalos de recuerdos,

unos enteros y otros

        los oscuros -  

 los pisas y aplastas con premura,

hasta lo más hondo

de la caja de los olvidos.

 

Perdió la  batalla

a pesar de ser fuerte en la lucha, 

pero…  ELLA no conoce el perdón.

 

El tránsito prematuro

abrevió vuestro camino

aunque no rompa  

el vínculo eterno de la sangre.

 

Hoy te llueven dentro gotas amargas,

gotas gélidas

que queman y lastiman.

 

Mañana, dulces y tiernas,

reverdecerán momentos compartidos,

y guiarán tus pasos y tus días,

presentes siempre en tu memoria.

 

 

 

- Araceli García – Palma de Mallorca (07-07-2006)