Llevo tanta luz reflejada en mis ojos que abarco
la tarde. Me miro reflejada en el árbol, en el
agua, en la senda que desciende hacia la
playa.
Camino despacio, porque ya no tengo prisa por
encontrarme. He visitado ríos interiores, donde
hallé peces silenciosos; he nadado en el mar hacia
Rocas que espejeaban de sol y que engañaban
pupilas, semejando islas; he abandonado perlas
entre cristalitos de hielo y aromas de jardines
recónditos.
Ahora busco entre restos de naufragios y aromas
viejos el sonido lento de un crepúsculo que
preceda a un amanecer soleado.
Y encuentro una casa, una esencia, mariposas y la
luna.
Llevo tanta luz reflejada en mis ojos que abarco
la tarde.
Alena Collar