Timbal de luna
Se lanza sin mirar ni ver ante sí cuestas ni rodadas,
-sí, piedra ligera sin peso- en busca de camino
que recorrer- no importa deprisa o en lentitudes-
más abierto, más profundo, más infinito- pureza-
inabarcable ante sí- olvidando muros posibles-.
Nunca se quejarán sus manos de heridas e incertidumbres
- ortodoxias presentadas ante sus ojos que miran más lejos-
ni cambiará el acorde unísono de la vida uniforme y banal
por el claro timbal del momento de oro – júbilo y luna-
en donde presentar armas a la incomparable aventura de vivir.
Por la vereda van creciendo a su paso ligero y altivo
- en fila, desfile multicolor de esperanza en rojos-
todas las rosas que un día allá donde nadie habita
germinaron entre los cardos violáceos del desencanto.
Nadie la llame: viene de tan lejos que estrellas se apresuran
a cabalgar la noche por iluminar su frente en resplandor.
- Alena Collar-