LADY BLUE

Érase en cierta ocasión una hermosa princesa llamada Blue, que habitaba en el castillo de sus padres cerca de un grandioso bosque. Tenía fama de ser la princesa más bella de todo el entorno.

Ante la vista del castillo, se hallaba el bosque, sembrado  de altos árboles que, por su vejez, le daban una espesura que atraía de forma especial a Blue. Rodeaban de igual forma el castillo, jardines llenos de macizos con flores y florecillas de todos los colores que podamos imaginar; muy cerca de él, una casita toda blanca y reluciente donde vivía Kai, el jardinero. A través de las ventanas abiertas, veía éste como paseaba en solitario Lady Blue (así llamaba Kai en sus pensamientos a la princesa).

El ama de Blue, llamó en unos momentos en que ella se encontraba soñando melancólicamente debajo de un lilo azul.

-      Señora, vuestro padre os llama.

Volvió a la realidad Blue encaminándose despacio hacia los aposentos de su padre.

-      ¿Me llamabais padre mío?.

-       Sí. Le indicó su padre, he de hablarte. Te estás convirtiendo en una joven  muy hermosa y existen varios príncipes de familias cercanas a la nuestra, que ansían solicitar tu mano.

Voló la mente de Blue instantáneamente hacia lo que podría determinar la decisión de su padre. Adularla de aquella manera, no era su costumbre, y, eso hizo palidecer su semblante. Ella no deseaba desposarse con ningún joven príncipe. Su callado corazón pertenecía a alguien, aunque en su interior, no sabía si esta persona guardaba algún sentimiento hacia ella.

Bajando lentamente la cabeza, sin atreverse a mirar a su padre a los ojos. Blue respondió ante la presencia de su madre que observaba en silencio la escena:

-       Padre mío, os debo obediencia, pero pensad que aún soy muy joven para el matrimonio.

Su padre, acariciando la barba blanca que poblaba su rostro, quedó pensativo. No esperaba que Blue le diera esa respuesta; por el contrario aguardaba una manifestación de alegría al pensar que los mejores partidos de la región solicitaban su mano.

-       Hija, tu madre y yo te adoramos, pero has de saber que dieciséis años es la edad adecuada para que comiences a orientarte sobre una decisión, que no tardando mucho has de tomar. Retírate y medita mis palabras. Volveremos a hablar. Tu madre y yo te aconsejaremos que príncipe puede ser el más conveniente.

Después de escuchar el breve discurso de su padre, Blue se encaminó hacia su querido bosque. Entre los árboles encontraría la satisfacción de llorar en soledad esa pena. Estaba convencida en su fuero interno de que era la persona más desgraciada del mundo. Cada día pasaba allí la mayor parte de su tiempo, no existía ni un solo rincón de aquel lugar, donde su corazón no hubiese dejado encerrados parte de sus suspiros.

De repente, una voz que sonaba continuamente dentro de su corazón, se dejó oír muy cerca de ella…

-       Señora ¿Qué os pasa?.

Blue volvió la cabeza lentamente, y al tropezarse con los ojos de Kai, enrojeció sin poder evitarlo.

-       Hola Kai. Estaba tratando de encontrar algún tejón que se deje acariciar.

-       Pero Señora, vuestro rostro expresa dolor, asemeja una flor recién arrancada del más bello jardín.

 Inmediatamente Blue trató de sonreír, ocultar aquellas lágrimas de plata que alumbraban su cara.

-       Oh Kai, soy tan desgraciada. Físicamente me parezco a mi madre, pero no poseo el mismo don de su obediencia. Mi padre desea que elija marido entre todos los príncipes que aspiran a mi mano. Yo, no deseo casarme.

La joven princesa había hecho a Kai unas confesiones que, en ese mismo instante rompieron todas las ilusiones del humilde y apuesto jardinero. Los dos se miraron de hito en hito, e instintivamente unieron sus manos.

-       Señora mía…

Le dijo Kai, mientras a su vez que su rostro era inundado también por abundantes lágrimas.

… yo daría la vida porque mi corazón fuese vuestra morada.

Los ojos de Blue resplandecieron como estrellas azules, y sin ocultar ya su amor por el jardinero, le dijo:

-       Te amo Kai. ¿Qué haremos?.

 En ese preciso instante, apareció ante ellos un hada blanca, la más valiosa que existía en aquella comarca, que apenada por el dolor de los jóvenes les dijo:

-  ¿Estáis dispuestos a uniros en el más bello amor jamás existido?.

-   Sí. Dijeron ambos.

-   Pues entonces, permitidme que os convierta en magnolio. Kai será sus ramas y Blue las flores. Así perduraréis a lo largo de los  siglos.

-  

 

Aún en nuestros días, si visitamos aquellos parajes, se puede ver la más hermosa planta nacida del amor.


 

                                                          - Victoria-